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—Emborráchate —runruneó en mi oído—, emborráchate mucho —tan embriagador su aliento como los últimos tragos de la noche, cuando se ha renunciado a la soda y los ceniceros no se vacían y el cigarrillo permanece apagado en los labios (...).

Juan García Hortelano

EL GRAN MOMENTO DE MARY TRIBUNE

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